martes, 3 de agosto de 2010

ConociéndoT

Te levantas y te miras al espejo antes de comenzar el día y entonces no te ves, no te reconoces.

Comienzas el día y te encuentras frente al otro y lo que criticas, lo que no te gusta de él, lo que no crees conveniente, lo que te hace sentir indiferente, lo que te asusta, lo que te intimida, cuanto te da miedo y te hace salir corriendo, todo eso eres tú.
En los demás proyectas tus sentimientos y ellos son los espejos en los que te ves reflejado.
Cada día te miras en el espejo cuando estás frente a los demás, pero no te ves porque aún no te has conocido.

Si al terminar el día no buscas ni siquiera otro día, ya ves, te ves.